Camisas blancas, un básico de siempre

Es un una prenda que no pasa de moda quizá porque es uno de los básicos más básicos de todos los tiempos. ¿Quién no tiene una sencilla camisa blanca en el armario? Si cuando eras una adolescente renegabas de ella y hasta te atrevías a considerarla una prenda demasiado sencilla y aburrida para lucir en una fiesta, hoy, pisando los treinta, sientes que es tu gran aliada, esa prenda netamente femenina que juega al límite entre el la compostura y la sensualidad.

Porque en realidad no se trata de la prenda en sí sino de aprender a usarla, a elegir las mejores combinaciones y a resaltar nuestro costado sexy con ella. Seamos realistas: no es lo mismo una camisa cerrada que una con algunos botones abiertos. Ni una camisa blanca transparente que una de una tela opaca y rígida.

Creo que a cierta edad todas debemos tener una camisa blanca, ese gran comodín que combina con todo tipo de prendas: pantalones negros, vaqueros, leggins, faldas, shorts. Lo mejor es que además es ideal para destacar complementos, desde collares y aretes hasta pañuelos y prendedores.

 

Por fuera o por dentro, corta o larga, con incrustaciones, con y sin cuello o como sea. Lo importante es seguir la estela de las celebrities y salir corriendo a comprar este básico infaltable.